Pusol no es solo lo que se ve expuesto en el museo, sino también todas las piezas cedidas a otras entidades y todas las donaciones ubicadas en sus almacenes, que suponen más de 50% de su colección.

Pese al título que encabeza este artículo, el equipo nunca ha abandonado los almacenes -parte fundamental del proceso de inventariado de los más de 75.000 ítems registrados-, pero la situación actual nos ha permitido zambullirnos de lleno en un trabajo gigantesco que, hasta ahora, no habíamos podido llevar a cabo de manera constante.

Durante los próximos meses, en un año “normal”, el Museo Escolar estaría casi completo en reservas de visitas guiadas, de alumnos y alumnas de colegios e institutos de nuestra provincia, atraídos/as por los talleres de trenzado de palma blanca, por los juegos tradicionales y por otras experiencias que complementan la visita guiada a este viaje en el tiempo que supone recorrer nuestras salas expositivas. No obstante, la situación actual sanitaria es la que es y todos y todas hemos tenido que adaptarnos a ella. Así que, aprovechando que estos meses no tenemos que abordar visitas guiadas numerosas ni talleres, continuamos con la ardua tarea de la puesta a punto de los almacenes: registrar donaciones, inventariar, organizar y, en su caso, trasladar piezas de un espacio a otro…

Dos veces por semana, en distintos grupos de trabajo según las necesidades de cada ubicación, nos ponemos la “ropa de faena” y nos trasladamos a los almacenes. Porque, por si no lo sabías querido/a lector/a… ¡contamos con cuatro! Además del propio espacio de almacenamiento con el que cuentan las instalaciones del Museo Escolar, en Puçol, el Proyecto cuenta con otros dos almacenes en Matola (en la conocida Ermita del Ángel), cedidos por nuestro gran y permanente colaborador Sergio Ros, Presidente de la Fundación Pascual Ros Aguilar-Mustang; y con otra nave en el Polígono Industrial de Carrús, al que llamamos “Arnedo” (porque está ubicado en la calle homónima), de propiedad municipal y cedido al museo desde 1998. En este último, de gran tamaño, de dos plantas y múltiples habitaciones, podemos encontrar aperos de labranza, pequeños medios de transporte, proyectores de cine, sillas y mesas, botijos y otros recipientes cerámicos, cuadros, cruces, máquinas de escribir, pianos y un sinfín de piezas que forman parte de los fondos de Pusol.

Mientras tanto, seguro que continuaremos redescubriendo tesoros entre los miles de piezas con las que contamos, al mismo tiempo que seguiremos recibiendo interesantísimas donaciones.

Autora: Marian Tristán, coordinadora del Museo Escolar.